9 de agosto de 2020, celebramos el Día del Señor: Domingo XIX del Tiempo Ordinario.
Una barca zarandeada por las olas y el viento es buen símbolo de tantas situaciones personales y comunitarias que se repiten en la historia y en nuestra vida. La escena presenta, de manera simbólica, cómo entre los cristianos surgen zozobras, dudas y miedos.
También hoy la Barca de la Iglesia se ve reflejada en esta tormenta; se tambalea por los muchos escándalos, por el individualismo, por la fe adormecida, etc. Nos da la sensación, a veces, de que la Iglesia se hunde.
Y a la larga lista de problemas que afectan a la Iglesia, podemos añadir los nuestros personales. Ante tanto conflicto, de unos y de otros, todo parece hundirse. Tenemos sensación de ahogo y de fracaso. El miedo nos hace perder la confianza en nuestras propias fuerzas.
Es el mismo sentimiento de los apóstoles, sentimiento que nos impide reconocer a Jesús que viene a nuestro encuentro en los momentos difíciles.
El Evangelio nos asegura que, por encima de nuestras dificultades, temores y bloqueos, Jesús está siempre con nosotros: "Ánimo, soy yo. No tengáis miedo".
Hoy domingo, celebramos la Santa Misa a las
10:30 h., en la capilla de Ntra. Sra. del Rosario (C/ Real, 35); y en la
Parroquia de San Juan Bautista a las 12:00 h. (C/ Cardenal Segura,14).
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