5 de junio de 2020, celebramos el Día del
Señor, el Domingo XIV del Tiempo Ordinario.
Hoy escucharemos uno de los textos más hermosos del Evangelio, ¡una gran
noticia! Nos presenta la gratuidad desbordante de Dios. No importa que seamos
pequeños. Al revés, el hecho de serlo es garantía para que el Padre nos revele
las cosas del Reino. La pequeñez atrae la mirada de Dios, por eso, ser pequeños
es una ocasión para confiar. Miramos a María, la humilde sierva, y, en ella, a
los pequeños de la tierra, para descubrir el rostro del Padre y, así, aprender
a vivir y a orar. Entramos en la alabanza y en la acción de gracias de Jesús.
Nos llena de alegría que Dios sea así. ¡Qué hermosa palabra, la de ‘gracias’,
para orar y para vivir la relación con los demás y con la creación!
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