Miércoles de Ceniza, 2 de marzo de 2022, comenzamos
el Tiempo de Cuaresma, en nuestra Parroquia de San Juan Bautista (San Juan de Aznalfarache).
Horario de misas: 17:00 h. (niños) y 19:00 h.
Para la Cuaresma, que sirve de preparación para
la Pascua y que comienza este miércoles, recordamos algunas cosas
esenciales que todo católico debe saber para poder vivir intensamente este
tiempo litúrgico.
Es el primer día de la Cuaresma: Con el Miércoles
de Ceniza inician los 40 días en los que la Iglesia llama a los fieles a la
conversión y a prepararse verdaderamente para vivir los misterios de la Pasión,
Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.
El Miércoles de Ceniza es una celebración
contenida en el Misal Romano. Este explica que en la Misa se bendice e impone
en la frente de los fieles la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el
Domingo de Ramos del año anterior. La imposición de las cenizas surge en los
primeros siglos del cristianismo.
La tradición de imponer la ceniza se
remonta a la Iglesia primitiva. Por aquel entonces las personas se colocaban la
ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito
penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.
La Cuaresma adquirió un sentido
penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo
XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo. La ceniza
es un símbolo. Su función está descrita en un importante documento de la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, más
precisamente en el artículo 125 del "Directorio sobre la piedad popular y
la liturgia":
“El comienzo de los cuarenta días de
penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las
cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los
antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la
penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de
reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la
misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo
ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado
está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal.
Se debe ayudar a los fieles, que acuden en
gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene
este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.
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