En este
segundo domingo de Adviento resuena con enorme fuerza el grito de Juan el
Bautista: “¡Convertíos!”. La espera del Nacimiento del Señor nos ha de servir
para cambiar nuestras vidas e iniciar senderos de amor, justicia, solidaridad y
entrega a los hermanos. No debemos perder la ocasión de cambiar y de hacernos
mejores. El mundo espera de los cristianos una acción enérgica contra el abuso
y la explotación de aquellos que son más débiles.
Celebraciones de la Eucaristía:- A las 10:30 h., en la Capilla.
- A las 12:00 h., en el Templo parroquial.
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