Una
delegación de la Hermandad Sacramental de San Juan Bautista, con nuestro
Párroco a la cabeza, el Rvdo. Sr. D. Pedro José Rodríguez Molina, Pbro., se
encuentra en Roma estos días para dar las gracias al Santo Padre Francisco, por
la concesión del Año Santo Jubilar.
En
el siguiente tweet se puede oír el nombre de la Hermandad sonando en la plaza
de San Pedro, en el día de hoy, martes 8 de noviembre de 2017:
Una delegación de nuestra Hermandad con nuestro Párroco a la cabeza @pjrmolina se encuentra en Roma estos días para dar las gracias al Santo Padre @Pontifex_es por la concesión del Año Santo Jubilar aquí el audio con el nombre de nuestra Hermandad sonando en la plaza de San Pedro pic.twitter.com/Ky9gacXobN— Hdad S Juan Bautista (@HdadSJBautista) 8 de noviembre de 2017
«Les
aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres,
en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende
del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del
cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi
carne para la Vida del mundo». (Jn 6, 47-51)
En
la Audiencia General del miércoles 8 de noviembre de 2017 el Santo Padre
Francisco realizó su catequesis a partir de la reflexión del capítulo 6 del
Evangelio según san Juan, versículos 47 al 51, dando inicio así a un nuevo
ciclo de catequesis que pone su mirada en el corazón de la Iglesia, es decir,
en la Eucaristía.
A
continuación el resumen que pronunció en español:
Queridos
hermanos:
Comenzamos
hoy una serie de catequesis sobre la Eucaristía. Intentaremos comprender mejor
su importancia y su significado, y cómo el amor de Dios se refleja en este
misterio de fe.
Inspirándose en las palabras de Cristo: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna», cristianos de todas las épocas no han dudado en entregar su vida por amor a la Eucaristía. El testimonio de los mártires nos cuestiona también a nosotros: ¿Qué importancia le damos al sacrificio de la Misa y a la comunión en la mesa del Señor? ¿Buscamos de verdad esa fuente de “agua viva”, que transforma nuestra vida en un sacrificio espiritual de alabanza y acción de gracias? La Eucaristía significa “acción de gracias”: acción de gracias a la Trinidad, que nos introduce en su comunión de amor.
Inspirándose en las palabras de Cristo: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna», cristianos de todas las épocas no han dudado en entregar su vida por amor a la Eucaristía. El testimonio de los mártires nos cuestiona también a nosotros: ¿Qué importancia le damos al sacrificio de la Misa y a la comunión en la mesa del Señor? ¿Buscamos de verdad esa fuente de “agua viva”, que transforma nuestra vida en un sacrificio espiritual de alabanza y acción de gracias? La Eucaristía significa “acción de gracias”: acción de gracias a la Trinidad, que nos introduce en su comunión de amor.
El Concilio Vaticano II alentó la formación litúrgica de los fieles, porque la Iglesia vive siempre de la Liturgia y se renueva gracias a ella. Por eso, intentemos conocer mejor este gran don que Dios nos ha dado con la Eucaristía, en la que Cristo se hace presente para que participemos de su pasión y muerte redentora.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Saludo a la delegación sindical argentina. Pidamos a la Virgen María que interceda por nosotros para que sintamos el deseo de conocer y amar más el misterio de la Eucaristía, sacramento del Cuerpo y la Sangre de su Hijo Jesús. Que el Señor los bendiga a todos. Muchas gracias.
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