Hasta el día de hoy hemos venido ofreciendo Misas gregorianas en sufragio por D. Enrique Luis Guerrero García, sacerdote, párroco que fue de esta de 1988 a 2014.
Se llaman "misas gregorianas" a la serie de misas que se aplican por un difunto durante treinta días sin interrupción. Su origen se vincula a un episodio que narra San Gregorio Magno en Diálogos IV, 55 (PL 77, 420-421), mediante el cual el santo probablemente sólo quiso enseñar la doctrina de los sufragios aplicados a los difuntos.
Nuestro párroco ha querido conservar esta práctica, de arraigo popular, con sentido de sufragio por el alma de D. Enrique, que falleció el pasado 26 de septiembre de 2017. Por eso, en casi todas las celebraciones del pasado mes oíamos aplicar esta intención en el memento de difuntos.
La Iglesia siempre ha enseñado que orar por los difuntos es una obra de misericordia y que los fieles podemos ayudar a nuestros difuntos mediante la oración, el sacrificio y, especialmente, por la Santa Misa, sacrificio de Cristo.
El Concilio Vaticano II trajo cambios en la liturgia y adaptaciones las nuevas necesidades. No obstante, muchos fieles continúan con la costumbre de orar por sus difuntos y las llamadas Ánimas del Purgatorio durante 30 días.
En otros lugares se perdió la idea de la importancia de la Misa a tal grado que los familiares se han conformado con pedir por ellos en pocas ocasiones: el día de su sepultura, a la semana, mes o años del fallecimiento.
Aunque orar por los difuntos es un acto de justicia y caridad, pocas misas se ofrecen ya por nuestros familiares y seres queridos. Debemos orar los nuestros, especialmente con la Santa Misa, agradeciendo todos los beneficios que recibieron en vida, pidiendo su eterno descanso y el perdón de sus pecados
DALE SEÑOR EL DESCANSO ETERNO
BRILLE PARA ÉL LA LUZ PERPETUA
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